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miércoles, 18 de agosto de 2010

La esperanza no se mancha

La temporada de la Primera B Metropolitana empezó a rodar y, pasadas cuatro fechas, Temperley aún no termina de convencer. Si bien en el arranque de campeonato le ha tocado enfrentar a equipos que se perfilan como serios candidatos al titulo, como Defensores de Belgrano y Sarmiento, cayendo ante ambos y superando a Flandria 1-0 en condición de local, se nota que el Gasolero está lejos todavía de la idea futbolística que pretende su entrenador, el "Polaco" Dabrowski. En el empate 1-1 del pasado Domingo ante Acassuso, Temperley se complicó demasiado ante un rival que, aún con dos jugadores menos, supo resistir los embates de Sergio López y el interminable Cobelli. El eterno goleador, con algunas desventajas físicas y sin gozar de su mejor momento deportivo, igual se las arregló para ser de lo mejor del local, a tal punto que un perfecto tiro libre suyo sirvió para decretar la igualdad definitiva.

Por supuesto que a la hora de analizar el momento del club del Sur, no se pueden obviar situaciones como el cambio de dirigencia, con todo lo que ello implica, y futbolísticamente hablando, cabe destacar el buen nivel de juveniles que enriquecen el plantel, en una apuesta a futuro que seguramente terminará rindiendo sus frutos. Todavía se trata de un equipo en formación, que debe determinar a qué juega y cómo, y para eso, además del entrenador se encuentran experimentados como el propio Cobelli, Alessandría y Andreoli para indicarles el rumbo a los "pibes" caso Carreira, Berales o Souto, que pueden brindarle mucho al club si se logra el equilibrio adecuado entre todas las partes.
Ahora se viene Los Andes de visitante, en un clásico que promete mucho por la rivalidad histórica, y donde lo emocional jugará un gran papel en la psiquís de ambos equipos. Está claro que para ganar, el Celeste necesitará de todos, hombres y jóvenes, ya que en este tipo de partidos se juegan muchas cosas por la gran expectativa que se genera en la previa. Es esta clase de encuentros las que muchas veces marcan el nivel del equipo y demuestran si se está para grandes cosas o no. Cada torneo se renueva la esperanza, y como la paciencia de las miles de personas que cada 15 dias copan el Beranger es infinita, la ilusión de regresar al Nacional (categoría que visitó por última vez en la temporada 1998-99) aún sigue intacta.
Será cuestión de que entre los más grandes y los más chicos conformen un grupo que sepa pelear hasta el final, puesto que son 42 largas fechas donde todo puede ocurrir, y donde la regularidad, lo anímico y la paciencia son fundamentales para ir encontrando el camino. Van apenas 4 fechas y a esta altura siempre hay más por ganar que por perder. El proyecto pinta para bien. Un entrenador serio, incorporaciones que de a poco comienzan a demostrar su nivel, una dirigencia acorde a las pretensiones de la institución, y una hinchada de fierro dispuesta a apoyar al equipo hasta las últimas consecuencias. Con más de 60 temporadas entre Primera B y B Metro, la ansiedad por volver a la segunda categoría del fútbol argentino crece cada vez más, y cada etapa que se inicia, con nueva dirigencia, plantel renovado, proyecto sólido, invitan a soñar con un objetivo claro y preciso. El Domingo, desde las 11 en el Eduardo Gallardón empezará a verse la realidad. Uno de los clásicos más calientes de la zona Sur, entre los barrios de Lomas y Temperley, para demostrar si el Gasolero puede aspirar a la gloria que tanto anhela.

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