Tras varios años de desaciertos y crisis a nivel institucional, situación que se trasladó luego a los planos deportivos, Rosario Central regresó después de 25 años a la Segunda División del fútbol argentino. La última vez que estuvo en la Primera B fue en 1985, ocasión en la que logró ascender al año siguiente. Con 68 temporadas en la máxima categoría y solo 4 en segunda, está claro que el Canalla es un equipo de Primera División y tal vez el más grande del Interior por títulos y convocatoria. Cuatro campeonatos locales y uno internacional (Conmebol 1995) dan cuenta de ello.
Por estos días, Reinaldo "Mostaza" Merlo intenta sacar el barco hundido en lo más profundo del mar. Jugadores que se van, otros que son "bajados" por orden de la nueva dirigencia, refuerzos que no llegan, y varios ídolos que resisten parecen ofrecer la nueva imagen de un club que supo tener sus días de gloria y que en estas horas atraviesa una nueva etapa de reestructuración. El empate 0-0 en un amistoso ante Tiro Federal en el Gigante de Arroyito demuestra que no será facil el retorno a Primera. En la B Nacional hay equipos muy fuertes y todos van a luchar por el tan ansiado ascenso, algunos con más herramientas que otros, pero la categoría ya ha dado sobradas muestras de su buen nivel competitivo. Kily González y Luciano Figueroa, más otros experimentados como Omar Zarif, Jorge Broun y Mario Paglialunga, conforman la esperanza del conjunto rosarino para regresar a lo más alto del futbol nacional. También representan una ilusión la camada de jóvenes que se encuentran en el plantel esperando una oportunidad, como Jonathan Gomez y Adrián De León. Será el desafío de Mostaza Merlo y sus jugadores, demostrar una vez más, si este equipo que se fue de Primera humillado por All Boys reúne las condiciones necesarias para demostrar todo su potencial, y de ser así, regresar al lugar que le pertenece por historia y tradición.
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